
La madre de los hermanos Lizandro y Diego Claros recibió la noticia que ninguna madre inmigrante quiere escuchar: sus hijos fueron deportados a El Salvador, país de donde huyeron por la violencia en 2009. Con esta acción también quedó sepultado el futuro prometedor que tenía el menor de sus hijos varones, Lizandro Claros, quien acaba de obtener una beca como futbolista en una universidad de Carolina del Norte, luego de ser arrestado por los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE).
“No puedo creer lo que le pasó a mis hijos”, fueron las únicas palabras de Lucía Saravia, quien casi se desmaya del dolor mientras daba una conferencia de prensa. El arresto se dio durante uno de sus controles regulares con agentes de ICE. “Él llamó a ICE para decir que se había ganado la beca en Carolina del Norte, y que necesitaba cambiar su lugar de control, le dijeron que fuera con su hermano Diego, pero lo engañaron, lo dejaron arrestado”, dijo Jonathan, el otro hermano de los salvadoreños. Además, denunciaron que ambos jóvenes, cuando estaban recluidos, fueron víctimas de presunto trato racista por parte de las autoridades de ICE. El padre de los hermanos, José Claros, expresó: “Les depositamos dinero para lo que necesitaran mientras estaban presos, pero no se los habían dado. El abogado fue y solucionó eso, pero cuando los visitamos, nos enteremos de que un oficial sacó el dinero en efectivo y se los arrojó en la cara”. Este caso ha impactado a la comunidad por lo rápido que se procesó la detención, en menos de 72 horas, a pesar de que ninguno tenía antecedentes criminales, según los abogados. Por su parte, ICE no respondió una solicitud de información sobre el caso realizada por MundoHispánico.