
Estados Unidos avanza en su estrategia de reducir el número de migrantes dejando en mínimos su cupo de admisión de refugiados para el año fiscal 2019... 30.000, la cifra más baja desde que comenzara este programa en los años 80.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, justificaba esta medida reseñando el gran número de demandantes de asilo que, según el, deberá tratar el país durante el siguiente ejercicio: "Estados Unidos prevé procesar hasta 310.000 refugiados y demandantes de asilo en el año fiscal 2019. Proponemos restablecer en 30.000 refugiados el nuevo techo, que se suman a los 280.000 demandantes de asilo que procesaremos".
Con esta reducción se cumple la línea marcada por Donald Trump de impulsar duras políticas de inmigración incluso después de la tolerancia cero que provocado miles de separaciones familiares en la frontera con México. Todo ello con la vista puesta en las legislativas de noviembre.

Se trata de una cifra considerablemente inferior a la impuesta para el año fiscal 2018, que establecía la admisión de 45.000 refugiados en el país; en suma, unos números muchísimo más bajos que durante la Administración del expresidente Barack Obama (2009-2017), quien abrió la puerta a unos 85.000 refugiados en el año fiscal 2016, y unos 110.000, en 2017.
